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domingo, 5 de abril de 2020

CLARITA LA POETA

Mi hija Clara fue desde pequeña la mejor receptora de mis cuentos, y como era de poco comer tengo claro que se alimentó sencillamente de palabras. 
En nuestros viajes y esperas, en cualquier ocasión, nos lo pasábamos pipa jugando con los vocablos,  los verbos o los adjetivos, tanto que hacíamos rimas casi sin pensarlo.
En este extraño y curioso confinamiento me he puesto a revisar diarios de viaje y me he encontrado un libro que recopilé con aquellos poemas y cuentos que Clara me contaba cuando aún no sabía escribir, los que empezó a escribir ella, los que yo le hice a ella y los que hicimos juntas.
Tuve la suerte de poder ilustrarlo con algunos dibujos suyos que había ido guardando. 
El libro lo terminé de encuadernar ¡¡viva el papel!! en el 1998 justo cuando cumplió 11 años y tanto y tanto lo leímos que acabamos desencuadernándolo y teniendo que llevarlo a la librería a que lo arreglaran.


Clara la poeta, portada del libro
     
PUPAS

PUPAS TENÍA UN PUPITAS,
UN PUPITAS PEQUEÑÍN.
EL PUPITAS SE MANCHÓ
Y EN LA LAVADORA SE METIÓ.
DIO VUELTAS, SE MAREÓ
SE ROMPIÓ Y EL ALGODÓN SE SALIÓ
PUPAS,
SIN PUPITAS SE QUEDÓ.

NOCHE

LA NOCHE ESTÁ VOLANDO
CON SU NEGRO MANTO
Y ESTRELLAS VA DEJANDO
QUE JUEGAN CON SU CANTO.

LA LUNA LLENA
SE ESCONDE EN UN VELO
JUGANDO AL ESCONDITE
SE PIERDE POR EL CIELO.

NOCHE QUE HAS LLEGADO,
NOCHE NO TE VAYAS
QUE A LA LUZ DEL DÍA
MUERO PUES SOY HADA.



HAY UN NIDO EN EL CAMINO

Por el camino que hemos venido
en un árbol hay un nido
un nido de "camachuelos"
que comían caramelos.
Caramelos amarillos
redondos como membrillos, 
membrillos gordos y amargos
con sus hermosos rabos largos.

Estos tres primeros poemas son de Clara y se va viendo la evolución que hace y como mejoran sus textos



COLETAS SUBEN Y BAJAN

¡Coletas!
y te escondes
y me río en tu risa
y me desarmas.
Qué inocente
y qué tierna 
en la mañana.
Con el peine en la mano
y la sonrisa
y te salen coletas
como puentes
de manillares 
de motos encarnadas.

¡Coletas!
Coletas
con lazos de colores 
diferentes,
para jugar a ser mayor 
entre coletas.
Coletas
y más coletas despeinadas, 
greñosas y marchosas.
No me vengas 
con ese mismo canto,
al grito 
de coletas fatigosas 
en que te escondes,
reclamando mi ayuda 
en la mañana.
¡Coletas, mamá
coletas!

Este es un poema que yo le hice a Clara sobre una situación  bastante cotidiana.

Ahora Clara hace canciones.


Os animo a que juguéis a rimar, se puede hacer en cualquier sitio o momento, a cualquier hora, es divertido e ingenioso, fomenta el vocabulario y la imaginación, no precisa muchas cosas. Si podéis,haceros de una libreta donde vayáis anotando los resultados mágicos que proporciona una tarde literaria. Gracias a mi manía de escribir todo lo que me interesa pude ofrecerle a Clara este libro que siempre será un maravilloso recuerdo.    

YA ME CONTAREIS....


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