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martes, 5 de mayo de 2020

DE LOBOS Y DE OVEJAS

Este es un cuento sencillo a la par que divertido que a parte de asombrar a las criaturas se puede contar en cualquier ocasión. 
Para poder visualizarlo bien requiere que se tenga poco público y que se esté cerca de la persona que relata.
Para contarlo, se hacen siete bolitas no muy grandes, del mismo tamaño de miga pan, plastilina o incluso una servilleta de papel. 
Cinco de ellas se colocan en el centro de la mesa a la vista de los espectadores y quien conduce la narración coge una bolita en cada mano y las muestra diciendo:

"Erase una vez dos lobos que vivían en las montañas y que estaban muertos de hambre, así que al ver a cinco hermosas ovejas pastando en el prado tuvieron la idea de capturarlas para tener alimento para unos cuantos días (se señala a las bolitas de la mesa) 
-Mira le dijo un lobo a otro, cuando el pastor no mire nos acercamos, cada uno por un lado, y las atrapamos.

Aprovechando que el pastor se alejaba de la manada para bajar al pueblo, eso hicieron. 
-¡Rápido, rápido!- decía el más espabilado. 
-Yo me llevo una, tu te llevas otra, yo me llevo una, tu te llevas otra.. así hasta que las capturaron a todas.
(Se van cogiendo con las manos donde están los lobos las bolitas de la mesa hasta que no queda ninguna)

Con lo que no contaban era que el pastor regresó antes de tiempo. 
Aun quedaba mucho tiempo para que anocheciera y los lobos eran conscientes de que si daba la voz de alarma los campesinos no tardarían en encontrarlos y abatirlos, así que se dijeron,
-¡Rápido, rápido! hay que volver a dejarlas antes de que nos pillen.
Y eso hicieron mientras murmuraban
 -Yo dejo una, tu dejas otra, yo dejo una, tu dejas otra y yo dejo una. (Se hace así, depositándolas, de nuevo, en la mesa)

Resoplando por el miedo que habían pasado se retiraron a la montaña decididos a esperar la noche en que volverían para llevar a cabo su cacería.

Nada más aparecer las primeras estrellas, cuando  apenas se divisaba un casco de luna, los dos lobos se acercaron a la manada y comenzaron la captura 
-Yo cojo una, tu coges otra, yo cojo una, tu coges otra y yo cojo otra...
Y corriendo con ellas huyeron hasta su guarida y allí mientras las depositaban en el suelo, uno de los lobos le dijo al otro:
-¡Me parece que me estás engañando!
-Bueno, lobo ya sabías que las ovejas eran impares y el reparto nunca podía salir igual para los dos, o ¿se te ha olvidado lo que aprendiste en la escuela?


Cara de sorpresa de los espectadores
-Sí, pero esto no es lo que tenía que resultar y mostró que mientras él había capturado solamente una oveja,  el otro lobo había atrapado, nada menos que a cuatro.

(Se abren las dos manos y se muestra que en una hay cinco bolitas y en la otra dos)

¿Cómo había sido posible?
  
Solución el próximo día

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