CLARA LILLO
-Con Doña Flora, por favor-,
La anciana casi muere de estupor;
-Que es la hora de la siesta descarado
y tengo el corazón muy delicado.
El director que la aguardaba,
rumió una disculpa acelerada
y con una labia extraordinaria
en breve cautivo a la octogenaria.
-Voy a ofrecerle una oferta tentadora;
ya sabe que en los tiempos de ahora
la moda son los fondos de pensiones,
podría usted ganar varios millones-.
-Invierta usted en la bolsa, Doña Flora
y sea de su bosque la señora.
Tendrá un marido sexi p`abrazarla,
vendrá aquí su familia a visitarla-.
Quedó un largo silencio al otro lado,
aquel tipo en la tecla le había dado.
Aunque sus hijos bien que la atendían,
ella pensaba que no la querían
apresurándose a cerrar el trato.
Y le puso una sola condición
ceder la casa tras su defunción.
-Por cierto, ¿prefiere tarta o helado?
Que sus vecinos vienen del mercado.
Yo voy para su bosque en un momento,
pregúnteles, verá que no le miento.
Y para acelerar todo el proceso,
le puso arsénico a la tarta de queso.
Duró poco al bruto su alegría
al ver que era Caperu quien le abría.
Cortábase el ambiente con machete
cuando Doña Flora se alejó al retrete.
Caperu clavole al lobo su mirada
desenvainando su lengua afilada.
-¿No le da vergüenza?- preguntó.
-¡Podría ser su abuela!- le escupió.
El lobo se sintió tan apurado
que al trozo de la tarta dió un bocado.
Y así cerró el banquero su oficina
enfermo de su propia medicina.
Mientras ella y la abu fueron
a un viaje de placer donde quisieron.
Y así murió el lobito por ladrón
y por ser un tanto fanfarrón,
pensando que la pobre Doña Flora
no tenía una Caperu que la adora.
Maravilloso cuento. Gracias Clara... Gracias Tere.
ResponderEliminarGracias Sol. Si que le ha quedado bien.
EliminarMaravilloso cuento. Gracias Clara... Gracias Tere.
ResponderEliminarBuenos días, hermana
ResponderEliminarQue cuento más divertido. ¿Cosecha de la casa? Aplausos y besos
El texto de Clara, yo solo he puesto unos arreglillos. Hacemos un buen tandem.
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