Cuentos para dibujar
Mientras se va contando la historia se van dibujando los diferentes elementos. El texto es aproximativo y podemos enriquecerlo a nuestro gusto, así como cambiar los personajes de la historia. Los números indican el orden en que se va haciendo el dibujo.
Es muy interesante para que las criaturas inventen sus propios cuentos.
Jesy
vive en una pequeña casa en la colina del Sacromonte (1 ésta es la colina y 2 ésta
es la casita de Jesy)
Una
preciosa mañana, cuando el sol se levantaba (3 este es el sol) y los pajaritos
cantaban, Jesy decidió hacer una tarta de plátano.
Bob,
su amigo, también quería hacer la tarta pero, la verdad, no le ayudaba mucho,
no paraba de jugar con los plátanos y con los huevos, volcó la harina y tiró la
leche al suelo. Jesy, cansado de sus tonterías lo mandó a jugar a la calle para
poder terminar de una vez.
Cuando
la tarta se enfrió Jesy llamó a Bob y se sentaron juntos a merendar y se
comieron la mitad del pastel. (4 la
mitad del pastel)
-Vamos
a llevarle la otra porción a Alexia mi mejor amiga que vive aquí al lado.
Cuando
llegaron a su casa (5 la casa de Alexia)) vieron que su
puerta estaba abierta pero no había nadie dentro.
-Seguro
que está en la piscina, -dijo Jesy, -Bob quédate aquí y espera, voy a ver si
está allí y a decirle que venga. Puso la
tarta encima de la mesa y se fue a buscar a su amiga.
Bajó andando por la colina hasta la piscina (6 ésta es la piscina) Jesy caminó
alrededor de la piscina pero no la encontró.
-Debe
estar en el patio de recreo, tendré que darme una buena caminata. Y eso hizo
atravesó el parque de juegos (7 este es el patio) y la estuvo llamando por su
nombre, hasta que la encontró cerca del gimnasio (se cierra el dibujo)
-¡Alexia!
vamos a tu casa tengo una sorpresa para tí
-¿Una
sorpresa? exclamó Alexia
-¡Si
vamos!
-¡Bob,
hemos regresado!-, pero Bob no estaba, y
media tarta había desaparecido, se la había comido bocadito a bocadito, bocadito a bocadito (8, pellizcos) y lo único que
quedaba eran dos pedacitos pequeños (9, los redondeles que hacen de nariz).
-¡Oh,
Bob se ha comido tu sorpresa!-exclamó Jesy enfadado
-¿Qué
era, una tarta de crema de plátano?, no pasa nada- dijo Alexia vamos a hacer
otra. Y eso hicieron.
La lección que tenemos que aprender con esta historia, es que no debes dejar nunca solo a un mono con una rica tarta de crema de plátano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario