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lunes, 8 de febrero de 2021

Marta la glotona

 Érase una vez una niña de 5 años que se llamaba Marta. Un día la madre le dijo que fuera a recoger fresas y le dio un pañuelo cuadrado, grande y bonito y le comentó:


— Cógelo de las esquinas y lo pliegas por el centro, de esta manera podrás meter dentro la fruta y así las fresas llegarán a casa sin estropearse.

La niña se fue al huerto y empezó a comer fresas, tantas y tantas se comió que al final le quedaron muy poquitas para llevarse.

Entonces pensó «si pliego otra vez el pañuelo, haré una cestita pequeña y no se notará tanto que llevo poca fruta en ella» 

Por el camino se encontró a una amiga y, juntas terminaron de comerse las pocas fresas que llevaban.

Cuando llegó a su casa su mamá le preguntó:

—¿Pero dónde están las fresas?

Marta le dijo, moviendo las esquinas, —¡Mira, se las ha comido el pañuelo!


A su mamá no le hizo ninguna gracia la travesura y la mandó a la cama sin cenar.

La pequeña pensó y pensó de qué manera podría conseguir que la perdonara. 

Cogió, entones el pañuelo, lo plegó en cuatro hasta formar un cuadrado pequeñito,  sobre el ángulo de unión superior recortó una uve profunda y después dio otros dos cortes laterales para obtener una fresa.





Por la mañana le enseñó a su mamá lo que había hecho, creyendo que se pondría muy contenta. 

-¡Mamá, mamá, mira te he hecho una fresa bien grande!
Pero la mamá se puso aun más enfadada y le gritó: 
—¿Qué has hecho? Me has roto un bonito pañuelo, lo siento mucho pero te has ganado cuatro azotes, en el culete, que te harán ver las estrellas.

 Y si abres el pañuelo aquí verás las cuatro estrellas.


Cuento que me regaló una maestra italiana del MCE.

 



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