Para contarlo realizamos en clase una serie de láminas con los dibujos de cada parte de la historia. Entre dos criaturas lo relataban en forma de diálogo.
Al ser muy sencillo y repetitivo se presta a usarlo con los más peques.
Este es el
gallo que un día estaba paseando por el campo, hacía mucho frío y cuando fue a
atravesar el río, se le quedo la patita en el hielo y al intentar sacarla se le quebró y
emocionado y dolido, se volvió hacia el agua y le dijo:
-¡Oh agua qué fuerte eres!
Y el agua le contestó…
Más fuerte es el sol que me calienta hasta evaporarme.
Se acercó al sol y le dijo:
-¡Oh sol qué fuerte eres!
Y el sol le contestó:
-No amigo, más fuerte es la nube que me oculta.
Se fue corriendo tras una nube, mientras cojeaba y le dijo
-¡Oh nube qué fuerte eres que tapas el sol, que calienta el agua que ha quebrado mi patita!
Y la nube respondió:
No amigo, te equivocas, mucho mas fuerte es la montaña que me detiene.
Se encaminó a la montaña, y le dijo admirado:
-¡Oh montaña qué fuerte eres que mueves las nubes, que….
-Oh no- respondió la montaña, -más fuerte es el ratoncito que roe mis entrañas.
Corriendo fue a la madriguera del ratón y le dijo:
-¡Oh ratoncito qué fuerte eres que… -¡Oh no amigo, eso quisiera- le respondió el ratón, pero más fuerte es el gato que me caza.
Se fue a buscar al gato y le dijo:
-¡Oh gato qué fuerte eres que cazas al ratón que roe la
montaña, que detiene el viento, que arrastra las nubes…
Pero el palo le respondió:
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