Las bodas del tío Perico, que
había invitado a su sobrino el gallo Kirico.
Y el gallo kirico, que vivía muy lejos, se levantó más temprano
que nunca para ir a las bodas de su tío Perico. Muy aseado y muy bien vestido,
allá va tan pimpante el gallo Kirico.
De pronto, ¿sabéis con qué se topó? Pues con una caca de la
vaca, llenita, llenita de granos de trigo. ¡Uhm, con el hambre que llevaba el
gallo Kirico! Entonces dijo:
-¿Pico o no pico? Si pico me
ensucio el pico, y no podré ir a las bodas del tío Perico. Pero si no pico me
muero de hambre y para otro el trigo.
Camina que camina, muy preocupado, el gallo kirico llegó hasta un prado. Allí vio ¿sabéis que vio? Una malva; y el gallo le dijo:
-Malvita, malva, límpiame el pico, que voy a las bodas del tío
Perico.
Y el gallo Kirico siguió su camino. Anda que anda, muy enojado,
se encontró una oveja en otro prado.
-Ovejita, bonita, cómete la malva, que no quiso limpiarme el pico para
ir a las bodas del tío Perico
-No quiero- dijo la oveja-. No haberte ensuciado.
Y el gallo Kirico no tuvo más remedio que seguir su camino. Anduvo y anduvo, muy enfadado, hasta encontrarse con un lobo que estaba muy flaco.
-Lobo, lobito, muérdele a la oveja que no quiso comerse la malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
-
-Fuego, fueguito, quema al palo, que no quiso pegarle al lobo, que no
quiso comerse la oveja, que no quiso comerse la malva, que no quiso limpiarme
el pico para ir a las bodas del tío Perico.
-No quiero- dijo la candela-. No haberte ensuciado.
-Río, río, apaga el fuego, que no quiso quemar al palo, que no
quiso pegarle al lobo, que no quiso comerse la oveja, que no quiso comerse la
malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío Perico.
-No quiero- dijo el río, y siguió su corriente.
¡Qué mala gente! El gallo Kirico ya casi volaba aunque iba muy
triste. ¿Y sabéis qué se encontró? ¡Una vaca!
- No quiero dijo la vaca respondió¿Y el gallo Kirico?
-Con la vaca se puso pesada y una coz le ha pegado.
-¡Y qué más?
-Que al río se ha caído y se ha puesto empapado.
-¿Y qué más?
-Que en las bodas no entran gallos tan mojados, y el gallo
Kirico, con su pico limpio, fuera se ha quedado.
Y colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!
FIN
Cuento recopilado por Antonio Rodríguez Almodovar
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