Lo primero que hice con él fueron tres figuras sencillitas dos bebés y una mariquita y pensando y pensando salió este sencillo poema.
La danza de la mariquita
Mis bebés lloran furiosos,
aburridos y cansados,
pues llevaban todo el día
en un viaje muy pesado.
A pesar de cuatro bollos,
chocolate y unas nanas,
no conseguía callarles
ni la lista de su hermana.
En una manta en el prado
aburrida los senté,
porque seguían furiosos
pataleando a la vez.
Una mariquita linda
volando allí se posó
y una danza muy alegre
ante sus ojos bailó.
Se pusieron tan contentos
al ver saltar al bichito.
¡Mariquita vuelve pronto
que tenemos que jugar
y con mas niños alegres
nos pondremos a danzar!
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