¡Niña!
Si mamá.
Pon tu caperuza,
acércate
a la cocina,
coge
una cestita de mimbre,
mete un
tarro pequeño de miel,
pon
también una torta que he hecho
y
llévaselas a tu abuela que está enferma.
Pero
ten mucho cuidado al ir por el bosque.
Si
encuentras al lobo no te detengas a contarle nada.
Caperucita
roja se viste muy contenta y se va.
Se para a recoger flores por el camino
y a
comer riquísimas fresas y moras.
Los
leñadores talan ya los árboles.
De
repente surge un animal.
Sus dientes
son blancos.
Sus
ojos brillan
¡El
lobo!
¿Pero?
¿qué
pasa?
La niña
ríe.
Le
habla al lobo.
No es
nada prudente.
Incluso
le pregunta quién es.
El
bicho se hace el lobo bueno.
Los dos charlan al lado del camino.
|
¿Dónde
vas Caperucita Roja? le dice el lobo.
A casa de
mi abuela a llevarle riquísima miel.
¿Dónde
vive tu abuela, niña? Pregunta el gran animal.
En las afueras del pueblo, cerca del bosque.
Entonces
vamos juntos, le dice el lobo.
Yo caminaré
por el atajo de aquí,
tu acércate
por el de allá.
¿A ver
quién gana ahora?
¿Estás de
acuerdo niña?
Me parece
bien
¡En
marcha!
¡Vamos!
Ya
¡A
correr!
El lobo veloz
Y la niña pasea.
El lobo
llega al pueblo
Se come
rápido a la abuela.
Y se
acuesta después en su cama.
Se ha
vestido con el gorrito de encaje.
La niña
llega más tarde a la casa pequeña.
Llama a
la puerta, y el lobo le responde susurrando:
-Pequeña
tira del pestillo y la puerta se abrirá.
Caperucita
Roja entra sin miedo en la casa
Y dice:
¡Qué brazos tan grandes tienes!
Niña, ¡Son para abrazarte mejor!
¡Qué
dientes tan grandes tienes!
Para comerte mejor niña
El animalazo salta
Pobre pequeña
¡Socorro!
Traducción y adaptación a
partir del cuento de “Le petit Chaperon Rouge” del libro “LES CONTES DU MIROIR”
de Jak Rivais.
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