El MARAJÁ de Bingalor conocido como BARBANEGRA reinaba sobre
un inmenso país a orillas del rio Omán. Vivía en un palacio maravilloso,
mientras que el pueblo llano no vivía en las mismas condiciones que él.
Al hacerse mayor empezó a sentirse solo y le pidió a su
padre, al que todo el mundo llamaba PANZACUADRADA que le buscara una
esposa. Eso hace y le parece que LISA va a ser la mujer con la que le va a
ir bien a su hijo, esta princesa llega al palacio con sus pertenencias en un
alazán blanco, y con su gran sencillez y humildad, ha sido educada para complacer y desde el
primer momento le dice al MARAJÁ a todo que sí.
Al poco tiempo BARBANEGRA se da percata que es bastante aburrido estar con una persona que a todo te
asiente, no tiene con quien discutir ni con quien hablar. Lo piensa y
decide que LISA no es la princesa que le
conviene y para que no se hable mal de él en la corte, la envía a un suntuoso Palacio
Esmeralda donde LISA se dedica a
cuidar a todos los animalitos que encuentra y así pasa sus días.
Al poco tiempo BARBANEGRA empieza a protestar. PANZACUADRADA
no has atinado para nada, yo quiero otra mujer de otro talante, que tenga
ingenio, con la que pueda comentar las cosas y divertirme.
PANZACUADARDA busca y
rebusca y encuentra a ZELDA
que llega a palacio, con su sitar, a lomos de un gran elefante. El sitar es como
una guitarra de sones armoniosos.
El rey queda encantado ya que ZELDA es ingeniosa y divertida, capaz de
componer poemas y cantar canciones con
gran facilidad, tanto que en poco tiempo se ha hecho el centro de la corte. Incluso
algunas de las piezas que interpreta son de un tono un tanto irónico y empiezan a
parecerle a BARBANEGRA no muy apropiadas, es más un día le prohíbe seguir
usando el sitar. Pero ZELDA no necesita
su sitar para seguir cantando y componiendo poemas que hacen las delicias y las
risas de todos.
BARBANEGRA enfadado manda a ZELDA, su elefante y su sitar al
palacio esmeralda donde es recibida con gran alegría por LISA. Las dos
princesas se funden en un apretado abrazo, saben la una de la otra ya que en la
corte todo se sabe y se pasan la noche de fiesta cantando, componiendo poemas,
acariciando animalitos y riéndose de todas las tonterías del MARAJÁ.
BARBANEGRA está más que harto y regaña a su padre por no
saber encontrar una mujer apropiada para él. PANZACUADRADA vuelve a pregunta a
sus amigos con hijas casaderas y a mirar por las redes sociales y esta vez
elige a ZAIDA, una gran princesa que aparece en un todo terreno cargada con todos los recuerdos de sus
viajes, lo mismo ha montado en globo, que recorrido en barco las cataratas de Iguazú,
que paseado por París o por Madrid.
Cuando llega a palacio le cuenta a BARBANEGRA todas sus
aventuras y éste se queda extasiado, él
que tiene tanto miedo a salir al exterior, escucha embobado las
maravillas que por ahí existen.
Pero pasa poco tiempo
cuando va a buscar a ZELDA y encuentra que la princesa acaba de partir en una
caravana que pasaba por allí rumbo a Turquía. Qué enfado pilló, y cuando esto volvió a suceder unas
cuantas veces no lo dudo, y la princesa, su todoterreno y sus recueros fueron
rápidamente enviados al Palacio Esmeralda
Cuando las tres princesas se encontraron, se unieron en un
enorme abrazo y cantaron y contaron y festejaron estar juntas y divertirse y
aprender tanto las unas de las otras. Incluso inventaron una ópera bufa que
fueron llevando por todos los pueblo de la localidad y empezaron a hacerse independientes pues no querían
vivir de la caridad de BARBANEGRA
Poco tiempo pasó en que el MARAJÁ no reclamara otra mujer. Esta vez su padre le dice
desesperado vamos a buscar una persona
sencilla a la que eduques a tu gusto. Eso convence y entusiasma a BARBANEGRA,
tener a una chica a la que embelesar con sus amplios conocimientos, mostrarle
su inteligencia, descubrirle el mundo…
Así que buscan a la
hija del palafrenero, uno de los servidores de palacio. Y así una mañana
llega ZORAIDA, una jovencita de apenas
19 años, que aparece con su sencillo vestido y un hatillo por únicas pertenencias.
La joven al ver aquel palacio del que solo conocía las
cocinas, se queda maravillada de tanta riqueza y se asombra con aquellas cosas
que BARBANEGRA le cuenta. Relatos y
vivencias que él nunca a ha vivido pero que para la muchacha le parecen de lo
más real y fascinantes.
No es extraño que al
poco tiempo le pida al MARAJÁ que le deje saber más cosas para poder estar a su
altura y poder conversar con él. Esto entusiasma al rey y le da permiso para
leer los libros de su increíble biblioteca privada, por la que él no pasa nunca,
y le permite charlar con los sabios de palacio, incluso da su conformidad para
estos le den clases de astronomía,
ciencias y matemáticas…
Poco a poco la historia vuelve a repetirse, cuando BARBANEGRA
va a buscar a ZORAIDA a contarle algo,
la encuentra sumergida en un montón de libros y ve que le escucha
distraída deseando continuar con su aprendizaje.
Así que no es raro que a los pocos días el MARAJÁ harto del
afán de conocimiento de ZORAIDA, acabe por enviarla al Palacio Esmeralda.
Cuando las cuatro princesas LISA, ZELDA, ZAIDA y ZORAIDA se
encuentran se dan un abrazo tan espectacular y tan duradero que todos, en el palacio
esmeralda, se emocionan. Pasan toda la noche en una fiesta con poemas
canciones, bailes, cuentos y relatos de viajes, mirando las estrellas y risas. Sobre todo a costa de BARBANEGRA y
de su torpeza, tanto que hacen participes a toda la corte y a toda la población,
que ya lleva tiempo dejando de temer a este
rey inculto y tirano y empieza a levantarse reclamando sus derechos.
Y mientras las mujeres, estas valientes mujeres, se unen en
un abrazo tan fuerte y tan sentido comienzan a girar y girar de forma que van
consolidando poco a poco su amistad, tejiéndola con los dones que cada una ha
adquirido. Siendo una de las relaciones más fuertes que puedas encontrar nunca y tanto
se afianzaron estos lazos que una noche de luna nueva su poder hizo que formaran una estrella
enorme y brillante que titiló en el firmamento como un ejemplo permanente para
guiar a todas aquellas mujeres y niñas e indicarles que juntas, fuertes y
poderosas podrían escapar de quienes quisieran encerrarlas en palacios
esmeraldas y podrían llegar a ser lo que quisieran.
Aunque luego bajan a la tierra no os olvidéis
mirar allá arriba en las noches de luna nueva y veréis a estas fuertes
mujeres bailar y brillar.
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