martes, 31 de diciembre de 2024

PERSONAJES SINGULARES

 


ADELAIDA REGALADA

Señorita, de buen ver, de la ciudad de Granada. Vive en la Calle Elvira en el piso colindante con el de Las Tres Manolas. Es pródiga en ayudar a los más desfavorecidos, teniendo por costumbre acudir a la barriada de la Virgencica, una vez a la semana, a llevarle a los pobres, un poco de consuelo, en forma de comida o ropa.

MADRE PUCHERO 

Persona egoísta como no hay otra. Hace diariamente la comida para ella sola, si algo le sobra lo tira. En Torreperojil, pueblo en el que acabó afincándose en 1998, al acabar la temporada de la aceituna, no la tienen en especial estima. De hecho la denominan con el mote «Topamí». Los vecinos achacan su enorme egoísmo a la soledad en la que vive. 

JUAN DEL MA

Es una persona sencilla, mudo desde su infancia, sonrisa embobada, ojos eternamente asombrados, bueno hasta decir basta, incapaz de matar una mosca. En el pueblo de la Mojonera (Almería) donde nació y transcurrió su vida, se comenta que el niño se cayó de los brazos de su madre, al nacer, y el golpe recibido fue lo que le provocó ese aspecto y comportamiento tan especial.

FEDERICO MUCHASALMAS

Párroco de Matalascañas, persona acogedora donde las haya, amable y abierto a todos los credos, abre las puertas de su iglesita para los que no tienen cobijo. Últimamente ha tenido problemas con la ley por aceptar a gentes indocumentadas e ilegales. 

HERIBERTO LÓPEZ SMITH.

Vive en Toronto y es, actualmente, un  famoso biólogo hijo de emigrantes.  Su madre es de Nueva york. Se especializó, como su padre, en el estudio de la «Salamanquesa campera». De gran inteligencia, domina cuatro lenguas y tiene tres doctorados. De pequeño fue un niño prodigio triste y solitario.

FRANZ DICKERBAUCH 

Director de la orquesta del Teatro de la Ópera de Berlín. Rechoncho y simpático, tiene siete hijos con los que forma una pequeña orquesta familiar. Su instrumento preferido es la tuba. Su músico, Berlioz.

POLLY SKINNYCOW.

Ama de llaves en el castillo del Conde Drácula en Transilvania. Actualmente, y a causa de la crisis, se dedica a enseñar las dependencias del palacio a los innumerables turistas que cada año lo visitan y a contar las historias de tan macabro personaje del que ella, en secreto, sigue enamorada.

YELENA FIOREMEVA 

Poetisa de origen búlgaro. Da recitales de poesía por todo el país, actividad que compatibiliza con su escuela de «poética» de reconocido prestigio internacional. Con su libro «Orquídeas apagadas» obtuvo un gran reconocimiento mundial.  

LARAÑA DAMANCIANA

Activista colombiana indígena, defensora del Bajo Amazonas. Actualmente en paradero desconocido debido  a las constantes presiones a las que se ve sometida por parte de varias multinacionales, que persiguen la deforestación de las tierras donde habita su tribu.

FRED DE NEU

Actor francés caído en desgracia debido a sus problemas con el alcohol. A sus 54 años pocas personas le reconocen a pesar de su magnífico trabajo en «La fleur du male» obra en la que actuó como protagonista, que se mantuvo en cartelera durante 10 años en el “Théâtre du Châtelet» de París. A causa de un desengaño amoroso se produjo su irremediable caída.

 JOSÉ RUIZ 

Hombre de mediana edad que no destaca por nada. De apariencia anodina, tamaño mediano, cabello corto y ligeramente rizado, ojos castaños. Vendedor de enciclopedias. Esta ocupación le sirve para ocultar su verdadero trabajo, ya que es en realidad un agente de la Interpol que se ocupa de la investigación, en España, sobre la presencia de terroristas yihadistas.

LUZ RIVADENEYRA 

Maestra jubilada de Bueu, Lugo. Muy querida por toda la comunidad ya que se ha ocupado de la educación de varias generaciones de este pintoresco pueblo costero. Su original forma de llevar la escuela y el amor que le ha dado a sus educandos ha sido tan memorable, que el ayuntamiento de la ciudad le ha concedido en el 2020 el  título de hija predilecta.

BASILISA

Personaje de la mitología rusa que representa a una bella mujer de características particulares. A parte de su magnífico porte y su cabellera pelirroja, es tan inteligente y despierta que suele ser convocada,  las noches de luna silente, para alejar de las criaturas, recién nacidas, los sueños más oscuros.

 

lunes, 30 de diciembre de 2024

YO, SIN UN CAFÉ NO SOY NADIE

 

Ya está la vecina con la música puesta a toda pastilla, es que es tan tonta que ni ella misma se aguanta. Qué buen día hace hoy, ojala no haga calor y pueda salir a darme un paseíto que me estoy quedando anquilosá. Que palabra más chula “anquilosá”, ¿será española o argentina? Cada vez me cuesta más trabajo determinar qué cosas son de aquí o de allá, eso está bien, querrá decir que voy haciendo arraigo. Estas cortinas tienen el falso descosido y cualquier día las piso y me mato. Vaya ya estoy otra vez con mis dramatismos, como dicen mis amigas, que me llaman exagerá, si, exagerá, porque ellas no han visto lo que yo en urgencias. No sé ni para qué he llegado a la cocina ¡claro! a tomarme un café, ¡madre mía! Sin un café por la mañana no soy nadie. ¿Por qué está la cafetera en el fregadero?,  más bien, ¿por qué está la cafetera con café? Cada vez estoy más despistada, Raül  no me hace ni caso;  mamá,  déjate de tonterías que tú siempre has tenido estos despistes. Lo primero la cafetera a puntito, de comer nada, ya comeré algo más tarde. ¡Qué bueno está este café! Uno por la mañana y otro después de comer, que luego la tensión se me dispara, ¡coño, la tensión! ¿Me la he tomado en la cama? Me paso la vida con la sensación de lo ya visto. Hoy lo tengo claro, nada de tonterías: la piscina, el yoga, algo de compras y  a casita. ¡Ay!, ¿Esta llave de dónde era? No, no, no, no, este libro no va ahí. ¿Qué le pasa al caladium?, otra vez olvidé regarlo, que torpe, pero si la begoña está completamente encharcada, lo mejor será que las saque todas a la ventana y las podo, esa es la mejor idea. ¡Uy! si me descuido vuelvo a quemar otra vez la cafetera, mejor me doy una ducha y me espabilo. Voy a poner las sábanas azules con flores en la cama, ¡mira que son bonitas! Todavía me acuerdo de mamá bordándolas con tanto primor, me las traje la semana pasada, se creerán las tontas de mis hermanas que no me las iba a traer, pues yo calladita,  pero  estas sábanas son preciosas y seguro que mamá quería que yo las tuviera. ¿Y ese  grifo? ¡Otra vez me va a pasar como la semana pasada!  Luego el de abajo se queja de las goteras. ¡Qué tarde es ya! ¡El yoga! ¿Yoga?, pero si hoy es martes y los martes no hay yoga. ¡Madre mía! ¿Qué voy a hacer con esta cabeza? Sabrán los chicos lo mal que lo paso. ¿A esta hora ponen Pasapalabra?, por favor qué tontería más gorda, no, no, no, no, de las noticias paso definitivamente, no voy a ponerme ahora a escucharlas, bastantes disgustos tengo ya en la vida como para esto, la televisión de fondo para escuchar algo y basta ¿Eso ha pasado? ¿En dónde? ¡Qué horror! no puedo ni creérmelo. Un café es lo que yo necesito.

 Teresa Flores

 

domingo, 29 de diciembre de 2024

EL LABERINTO DE LOS ESPEJOS

        


        La niña se prenda de su propia imagen reflejada en la inmensa pared de la gran sala. Le gusta su abriguito color azul, pata de gallo, sus botones dorados y su cuello de terciopelo. No se pregunta por qué está allí ni si tiene algo que ver la prisa con que la ha abandonado su primo Ramón.  Se acerca más y más a la pared de espejos hasta llegar a apoyar su frente en ella. «Mi cabeza se abre a un camino de cabezas».

Da dos vueltas sobre sí misma sobrecogida y encantada por lo que aquella experiencia le produce. Es la primera vez que entra en un Laberinto de los espejos.

Ella, es solamente ella llenando la sala. «Por donde mire estoy, a un lado, a otro, hasta en el techo. Solo si cierro los ojos desaparezco».

Para sus siete años, reacciona de una forma bastante madura; tranquila, reposada, disfrutona, como si no fuera la primera vez que experimenta esta situación.

Avanza a pequeños pasos oteando. «Me persiguen las otras niñas, tienen vestido como yo, pero sus abrigos no son iguales ni sus botones muy brillantísimos».

Juega a mirarse de reojo, se tapa los ojos con la mano, ahora uno, ahora el otro, se busca por encima del hombro. «¿Estaré yo aunque no sea?».

Su cabecita está llena de preguntas, su curiosidad escapa a su control… Corre por la sala y tropieza con el cristal que separa los pasillos, se acaricia la frente dañada. «¿Tendrán las otras niñas un cardenal en mi golpe?». Y le entra una risa ronca, burbujeante, que resuena entre tanta pared construyendo un camino de ecos. «Las veo reír cuando yo me rio, pero no hay  carcajadas».

Palpa los cristales luminosos, para evitar otro tropiezo, avanza deseosa por descubrir nuevos rincones que le ofrezcan otras perspectivas. En una esquina apoya una mano a cada lado del cristal y se acerca tanto a la superficie reflectante que una muchedumbre inimaginable de niñas llena la estancia. «Si mi escuela y mi mundo estaría lleno de estas niñas yo sería más feliz». Y durante un rato largo observa, moviendo ligeramente los ojos, a las que están detrás, las de enfrente, las pegadas a ella, las de cada lado. «Si las contara estarían aquí toda la tarde». Del esfuerzo hasta se pone bizca. «Se te quedará un ojo torcido para toda la vida, ¡Rediez!». Y la morriña haca mella en su radiante ánimo. «El abuelo me quiere, más que a todos para siempre jamás».

Ante tantas emociones decide recogerse unos instantes y se sienta en el suelo con la espalda apoyada en su propia espalda. Respira profundamente como le ha enseñado su madre para ayudarle a aligerar sus rabietas. «1, 2, 3, 4 cojo aire, 1, 2, 3, 4, 5 lo contengo, 1, 2, 3, 4, 5, 6 soltamos lo que está dentro». Y así una vez y otra hasta que su corazón se mece con suavidad.

 El tiempo ineludible avanza, y la niña cansada empieza a sentir la llamada del hambre. «Ahora yo me comerían unas almendritas ragapiñadas, garrapensadas, agarrotadas, ¡Bendita inocencia!, ¿Quién será Inocencia?, la abuela inventa amigas que no tiene y tengo hambre y sueño y quiero casa».

 Pero no es fácil salir de un laberinto, a pesar de la falsa compañía de estar todo el tiempo contigo misma, sin más frontera que un pulido cristal.

La niña, inteligente para sus siete años, arranca los botones dorados de su abriguito de paño, de pata de gallo color azul y cuello de terciopelo y, va sembrando paso a paso uno de los largos corredores, mientras que con la otra mano se afianza en la pared vecina. «Acabada la pista de mi camino, en mis bolsillos solo quedó un pañuelito, una horquilla y una canica. Vas al suelo, al suelo… Que mamá me encuentra pronto».

Derecha, izquierda, derecha de nuevo y la canica traviesa se cruza en su camino. La niña suspira y preocupada eleva su mirada hacia el techo, una torre de niñas la observan con ojos asombrados, levanta sus brazos y los agita entre esperanzada y aburrida. «¡Eo!, voy aquí, ¿es que nadie viene nunca a buscarme?». Un racimo de brazos la saludan victoriosos desde las alturas.

Se acerca más y más a otra inmensa pared de espejos, su rostro muestra un cansancio infinito. Aproxima sus labios a los de su reflejo y suavemente se besa, sus labios coinciden, el beso es lento, pausado, ¿pretende encontrar tal vez, consuelo y compañía? 

A pesar de la frialdad del material, se percata de que el beso que le ha robado su primo, el niño de nueve años que la ha dejado sola en el laberinto, no ha sido precisamente inocente.

              Teresa Flores

     

   

 

martes, 24 de diciembre de 2024

LA PAJARITA DE PAPEL

 Tato tenía seis años y un caballo de madera.

Un día su padre le dijo:

-¿Qué regalo quieres? Dentro de poco es tu cumpleaños.
Tato se quedó callado. No sabía que pedir. Entonces, vio un pisapapeles sobre la mesa de su padre. Era una pajarita de plata sobre un pedazo de madera. Y sobre la madera estaba escrito: “Para los que no tienen tiempo de hacer pajaritas”. Al leer aquello, sin saber por qué, el niño sintió pena por su padre y dijo:
-Quiero que me hagas una pajarita de papel.
El padre sonrió:
-Bueno, te haré una pajarita de papel.
El padre de Tato empezó a hacer pajaritas de papel, pero ya no se acordaba. Fue a una librería y compró un libro. Con aquel libro, aprendió a hacer pajaritas de papel. Al principio, le salían mal; pero después de unas horas, hizo una pajarita de papel maravillosa.
-Ya he terminado, ¿te gusta?
El niño miró la pajarita de papel y dijo:
-Está muy bien hecha; pero no me gusta. La pajarita está muy triste.
El padre fue a casa de un sabio y le dijo:
-Esta pajarita de papel está triste; inventa algo para que esté alegre.
El sabio hizo un aparato, se lo colocó a la pajarita debajo de las alas, y la pajarita empezó a volar.
El padre llevó la pajarita de papel a Tato y la pajarita voló por toda la habitación.
-¿Te gusta ahora? Le preguntó.
Y el niño dijo:
-Vuela muy bien, pero sigue triste. Yo no quiero una pajarita triste. El padre fue a la casa de otro sabio. El otro sabio hizo un aparato. Y con el aparato, la pajarita podía cantar.
La pajarita de papel voló por toda la habitación de Tato. Y, mientras volaba, cantaba una hermosa canción.
Tato dijo:
-Papá, la pajarita de papel está triste; por eso canta una triste canción. ¡Quiero que mi pajarita sea feliz!
El padre fue a casa de un pintor muy famoso. Y el pintor muy famoso pintó hermosos colores en las alas, la cola y en la cabeza de la pajarita de papel.
El niño miró la pajarita de papel pintada de hermosos colores.
-Papá, la pajarita de papel sigue estando triste.
El padre de Tato hizo un largo viaje. Fue a casa del sabio más sabio de todos los sabios. Y el sabio más sabio de todos los sabios, después de examinar la pajarita, le dijo:
-Esta pajarita de papel no necesita volar, no necesita cantar, no necesita hermosos colores para ser feliz.
Y el padre de Tato de preguntó:
-Entonces, ¿Por qué está triste?
Y el sabio más sabio de todos los sabios le contestó:
-Cuando una pajarita de papel está sola, es una pajarita de papel triste.
El padre regresó a casa. Fue al cuarto de Tato y le dijo:
-Ya sé lo que necesita nuestra pajarita para ser feliz.
Y se puso a hacer muchas, muchas pajaritas de papel. Y, cuando la habitación estuvo llena de pajaritas, Tato gritó:

-¡Mira papá! Nuestra pajarita de papel es ya muy feliz.
Es el mejor regalo que me has hecho en toda mi vida.
Entonces, todas las pajaritas de papel, sin necesidad de ningún aparato, volaron y volaron por toda la habitación.

Fernando Alonso



martes, 17 de diciembre de 2024

PRIMER CUENTACUENTOS DEL CURSO

 

Cosas de la vida

Por fin nos estrenamos este curso. Mi querida amiga Leti con la que compartí muchos años cuenteros nos invitó a contar cuentos a su colegio el CEIP Miguel Hernández de Granada.

Como siempre hacemos Vicky y yo preparamos la sesión con  mucho entusiasmo pues las dos somos unas forofas de esta actividad. 

Quisimos utilizar cuentos ya realizados en otras sesiones e introducir otros nuevos para poco a poco ir ampliando nuestro repertorio. 

También tuvimos en cuenta la época del año en la que estamos. 

Como siempre, llevábamos otros cuentos en el tintero por aquello de la actividad no quedara demasiado corta. A veces es difícil programar su duración.

Para nuestra sorpresa los cursos que nos estaban esperando eran de 5º y 6ª de primaria, un total de 17 criaturas entre chicos y chicas, los mayores del colegio. ¿Y si el programa previsto no era el más adecuado a estas edades?

 Después de que Leti nos presentara comenzó Vicky:

1.-- Cosas de la vida, un precioso cuento mejicano que siempre hace las delicias del público. En la primera foto tenéis un momento del relato.

2,.- ¿Por qué los árboles pierden sus hojas?  Este cuentecillo lo tenéis en este mismo blog en el siguiente enlace:

https://cuentosquecabenenunbolsillo.blogspot.com/2017/11/contando-cuentos-para-el-otono.html


La marioneta está hecha con un guante rojo unos ojos movibles y unas plumas.

3º.- El rey que perdió su corona, este cuento que se relata con papiroflexia es uno de nuestros cuentos estrella y puedo decir que Vicky lo hizo de maravilla.  


4º.- La princesa Kaguya,  este cuento de japonés era la primera vez que lo contaba con el apoyo del material, de tela, que me regalaron mis compañeras freinetianas de este país. Lo acompañaron con la traducción de  una versión resumida de la leyenda, pero gracias a internet pude ampliarlo y quedó un cuento muy vistoso.

El pañuelo se va extendiendo e ilustra la leyenda.

5º.-Cuentos con cuerdas, en este apartado conseguimos animar a Leti a que contara unos cuentos con este material ya que fue uno de los que aprendimos todas en su día y siempre nos ha gustado mucho. Relató: El mosquito , a Vicky le correspondió contarnos El campesino y el campo de trigo y La niña traviesa.



La historia del mosquito.
Lo podéis encontrar en nuestro canal de YouTube 
https://www.youtube.com/watch?v=azPSLhLjtxQ

El granjero y el campo de trigo:
https://www.youtube.com/watch?v=N6kQ9VHR08g

                                        La niña traviesa:
 
6.º.-  Yo voy conmigo es otro de nuestros cuentos favoritos y puedo asegurar que    Vicky es una artista relatándolo.


7. .- Aunque teníamos nuestras dudas quisimos probar a contar un cuento con el que nos hemos enfrentado por primera vez, Jacominus. Conscientes como éramos que este libro está indicado para los más pequeños le pedimos ayuda a nuestro precioso público para que nos dijera si la fórmula que habíamos elegido funcionaba y que luego esperábamos sus críticas para así poder mejorar.   

El precioso cuento de Jacominus 

8º Para terminar mi compañera del tandem cuentero contó esta divertida historia de navidad de origen Inglés: El hombrecito de jengibre con la idea de que el alumnado realizara después su propio muñeco para llevar a casa.

El gran hombre de jengibre que Vicky preparó para el cuento
 
9.-Terminamos improvisando el cuento de el bebé que se realiza usando con las manos. 

Valoraron el cuentacuentos como muy chulo, aunque nos recomendaron que practicáramos con el de Jacominus antes de contarlo en otro lugar.  
Una mañana divertida y provechosa. Desayunamos con los demás docentes y hasta los peques nos cantaron un villancico.
Prometimos volver... y nosotras cumplimos con lo prometido.

martes, 3 de diciembre de 2024

EL CHUPETE DE GINA

 



Vuelvo a este libro porque es uno de mis preferidos. Ideal para contarlo a peques y para que los grandes también aprendan a contarlo.
La historia es muy sencilla y los dibujos divertidos. 
Gina, una nena que ya no es tan pequeña se resiste a tirar su chupete,  por más preguntas que le hace su madre sobre como va a vivir en el futuro y como se va enfrentar con las posibles situaciones que la vida le puede ofrecer, responde siempre de la misma manera, ella llevará siempre su chupete.

Un día un encuentro en el campo, la coloca en una situación extraña, el lobo y ella tienen una conversación un tanto complicada e incluso el animal se ponen agresivo... Gina ni corta ni perezosa le encasqueta el chupete y oh sorpresa consigue calmarlo.

Para contarlo, utilizo un chupete con el que reproduzco, con lenguaje chupetero,  todas las respuestas que Gina da tanto a su madre como al lobo. Esta situación provoca muchas risas a las criaturas y les asombra que una persona grande juegue con un elemento que para algunos peques sigue siendo todavía un elemento  de consuelo. 

Se presta también a inventar diálogos sobre todas las cosas que podríamos hacer cuando somos grandes y tuviéramos que llevar el chupete puesto.

Victoria, chupeteando mientras cuenta el cuento...

Curiosamente, el alumnado de más edad tiene dificultad para aceptar que el narrador o narradora utilice un chupete y preguntan que a quién le pertenece.

Cuando ha sido el alumnado los que han  relatado la historia, comprenden divertidos que no se hace el ridículo cuando se utiliza, si lo que se pretende es compartir un momento agradable de lectura.

En plena acción contando el cuento de Gina a una clase de tres años en la Escuela Infantil Belén



domingo, 1 de diciembre de 2024

El PUÑICO

 


Es un juego inocente para entretener  a las criaturas, se sitúan alrededor de una persona mayor y colocan las manos cerradas unas sobre otras verticalmente.

Entonces,  la persona que dirige el juego va tocando sucesivamente los puños y preguntando: ¿Qué es esto?, a lo que los peques contestan: ¡puñico! ; ¿y esto?, ¡puñico!. Y así hasta que tocando la parte superior pregunta ¿y esto? – un agujerico -. ¿Qué hay dentro? –Oro y plata- ¿Quién lo ha dejado?- El gato y la gata-  El que se ría lo paga.

En ese momento sueltan los puños y empiezan a hacer gestos y visajes para hacer reír, y el primero que se ríe se queda, preparándose para recibir unas leves palmadas en la espalda al compás de la canción:

                                 Digo din, digo dan,

                                 A la vera,  vera van;

                                 Del palacio de la cortina

                                 ¿Cuántos dedos hay encima?

Al terminar la canción toca ligeramente su espalda con uno o más dedos de la mano. Si el peque adivina cuantos hay, queda libre, y si no continua el “digo din, digo dan” hasta que lo adivine, en cuyo momento continua de nuevo el juego.

 http://raspall.blogspot.com.es/p/juegos-tradicionales.html