Para este poema encontré un magnifico puzzle de un
reloj con números y agujas extraíbles, lo pegué en cartulina y dejé los números
y las agujas en relieve para que al tocarlas se pudieran mover e identificar.
También se puede hacer lo
mismo con cartulina, usar un reloj viejo de agujas móviles o un plato de cartón y fabricarse cada uno su
pequeño o gran reloj.
Se calzó las botas
el Señor Reloj.
Se calzo las botas
para andar mejor..
Las doce, la una.
la una y las dos.
Redondo es el mundo
del Señor Reloj.
Dos patitas negras
le dio su creador.
dos patitas negras
que iguales no son.
La patita larga
mide la extensión
con agiles brincos
de pez volador.
La patita corta
siempre se quedó,
este es el secreto
del Señor Reloj.
Las doce, la una,
las dos y las tres,
las tres y las cuatro,
las cinco y las seis.
La siete, las ocho,
las nueve y las diez,
las once, las doce.
¡de nuevo otra vez!
Gorrita de armiño,
botas de charol,
por la esfera blanca
va el Señor Reloj...
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