Les voy a contar a ustedes
la historia de una doncella
pues su madre la mandó
a la casa de su abuela.
Por el bosque caminaba
ella feliz y contenta.
No les quiero ni decir
(amable gente)
el susto que se llevó ésta,
cuando sin esperarlo pa ná,
el lobo se plantó frente a ella.
¡Caray que susto me has dao!
Le dijo gritando ésta.
No era esa mi intención
pues lo que quiero es…
(volviendo la cara y
bajito)
¡Comérmela!
Bueno me voy, dijo el lobo.
Y se plantó en casa de la
abuela.
La vieja (al verlo) de un
salto,
se metió en una alacena.
y el maldito lobo sin
pensarlo,
se acostó en la cama de
ella.
Llega la Caperucita , que así
llaman
a la doncella.
Fue a empujar la puerta
y la encontró entreabierta.
¡Jesús, que cosa más rara!
Con lo asustona que es la
abuela.
Al cuarto se dirigió,
pues su abuela estaba enferma.
Y le pasó la cosa más rara
que persona humana viera.
Es la
enfermedad pensó
que habrá cambiado a mi abuela.
Jesús, que cara tan fea
que tiene la pobre vieja.
Si es idéntica al lobo ese
de “la casa la pradera”.
Todo lo tenía grande,
los ojos, boca y orejas.
¡Dios santo!, ¿le doy un
beso
o me voy por esa puerta?,
se decía la doncella.
Más no le dio “na” de
tiempo,
el lobo saltó sobre ella.
La doncella corre y grita,
el lobo cada vez más cerca.
De pronto se escuchó un
tiro.
Se lo pegó un cazador
en las mismas posaderas.
El lobo salió corriendo
con el culo echando humo
y se perdió entre la selva.
La abuela pudo salir
de tan oscura alacena.
Y abrazar con mucho empeño
a su queridita nieta.
¡Qué alegría, qué paz, que
fiesta,
se pegaron estas dos, Caperucita
y la abuela.
Y aquí se acaba la historia
de Caperucita, el lobo
y su asustona abuela.
Dicen que fueron felices
el tiempo que les quedó,
en ésta nuestra amada
tierra.
Recogido del saber popular por Maty López Cruz
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