El día 23 fue al completo y ya desde la mañana participé en una jornada libresca.
En Rute me estaban esperando en la Residencia Juan Crisóstomo Mangas, un numeroso grupo de mayores dispuestos a celebrar conmigo un día tan importante.
Recordamos juntos las narraciones de nuestra infancia, algunas de ellas de mucho miedo, que nos asustaban y nos encantaban a la vez como la de Mariquilla hura, hura... que nos relataba mi tía Isa a mis primos y a mí y no parábamos de pedirla una y otra vez. En el siguiente enlace la encontráis.
Como es habitual existen muchas versiones. Es una historia que se va perdiendo con el tiempo, ya estaría catalogada como políticamente incorrecta y a las criaturas habría que explicarle lo que son las asauras, pero puedo decir que a este público le resultó muy divertido volver a escucharla. A mí desde luego siempre me divierte.
Los cuentos con cuerdas, tuvieron también un gran éxito y es que de nuevo nos volvieron a conducir a los tiempos de nuestra infancia.
Alguna de las señoras me ayudó con los movimientos del cuento de la "Cunita" y luego hicimos el cuento del "Marinero enamorado" que sorprendió por el elemento mágico que presenta.