El protagonista del cuento de María Dolores Alibés, nos relata que va caminando despacio, a la salida del colegio, porque lleva niebla en los bolsillos …
Paso a paso, despacito, para que ésta no se evapore ni se pierda, pues quiere llegar a casa y meterla en un frasquito que ya tiene preparado, con la idea de que su madre con su preciosa letra, le ponga una etiqueta en la que indique el lugar y la hora en que ha recogido ese precioso tesoro...
Después de relatar la historia, no precisamos de más material que frasquitos de cristal o plástico y unos ligeros fragmentos de algodón para rellenar nuestros particulares botecitos con esta original niebla.
Por supuesto hay que señalar el lugar y la hora, también podemos explicar lo que estábamos haciendo en ese momento e incluso llevar un registro de toda la clase con el mapa de los lugares en que la hemos recogido, la explicación, las sensaciones que nos produjo, las preguntas sobre la niebla que surjan y todo lo que se nos ocurra sobre el tema.
Después de una exposición de los materiales creados, cada cual decidirá a qué persona próxima se lo va a regalar. Pueden decorar las etiquetas, ponerle en su interior hilos de colores, brillantina, polvo de lápices, lentejuelas, arena... Eligiendo así su particular presentación de la niebla.
Fantasía y realidad se mezclan en este juego de creación.
Niebla en los bolsillos, es un precioso poema a la ternura de un niño que busca la atención de su madre.
Hagamos también nuestro particular mensaje que posibilite un bello encuentro entre las criaturas y sus familias.
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