Cuento para contar con cuerdas
Érase una vez una niña muy traviesa, un día traía tan de cabeza a su madre que decidió atarla, un ratito, a la pata de la cama. La sentó en el suelo, le sujetó la mano con una cuerda y le dijo; estate un rato quietecita porque ya no puedo más y tengo muchas cosas que hacer.
Después pensó que sentarla en el suelo
al lado de
la cama y atarla no era muy pedagógico,
que lo mejor sería meterla en la cama,
pero que
siguiese un rato atada
para que no se pudiera escapar.
y
cogiendo a la niña en brazos la metió en la cama.
Qué interesante esta variante del juego con cuerdas , lo desconocía. Voy a compartir el enlace de esta entrada en mi blog.
ResponderEliminarGracias Teresa por este intercambio.Seguimos en contacto.
Encantada de serte de utilidad, me chiflan los cuentos con cuerdas.
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