La clase tocaba a su fin. La profe dijo a sus alumnas: “Chicas, ahora, en el recreo, os propongo que os reunáis de dos en dos o en grupos más grandes y descubráis lo bonito o feo que suenan vuestros nombres al unirse. Esas son las palabras compuestas. Es un juego muy original. A la vuelta me contáis.”
Las
palabras salieron, en tropel, a jugar y la profe se quedó en el aula pensativa
y sonriente. Le gustaba mucho inventar juegos.
Transcurrida
media hora, las alumnas volvieron, unas retozonas y contentas; otras tristes o
desconcertadas. La profe decidió ir escribiendo en la pizarra todas las
combinaciones encontradas.
La primera
que habló fue Quita, que dijo: “Profe, yo me junté con Sol –quitasol-, después
con Manchas –quitamanchas-, después con Nieves–quitanieves-, después con Miedos
–quitamiedos-… Y, después, vino Penas… y nos gustó –quitapenas-“.
A
continuación fueron apareciendo en la pizarra, todas las palabras relacionadas
con el cuerpo humano, después de que cada dos se juntasen, ordenadamente, y se
nombrasen en alto: Manirrota, Cabizbajo, Mondadientes, Boquiabierta, Anteojos,
Cejijunto, Barbilampiño…
Hazme y Reír estabanserias y venían
acompañadas de otra. “¿Por qué una combinación tan preciosa, se usa, profe,
para burlarse de alguien? No nos gusta. Hemos decidido cambiarla por
hazme-cosquillas para invitar a tu pareja a hacer el amor.” Todas, incluida la profe, aplaudieron a
rabiar.
Y un grupo
de cuatro saltó: “Y nosotras, corre-ve-y-dile que significa chismosa, cotilla,
chivata… lo hemos cambiado por corre-ven-y-bésame como tratamiento contra la
soledad”.
A
continuación se levantó otra pareja. Trato dijo: “Profe, hemos decidido que,
así como cuando un banco te presta dinero para una hipoteca, se dice contrato,
cuando te echan a la calle por no tener dinero para devolverles debería
llamarse sintrato.
El grupo
metomentodo interrumpió para reclamar atención, y la profe las mandó sentar.
Sabelotodo levantaron el dedo y también las mandó sentar. Apareció la pareja
democracia y explicó sus ventajas.
Después llegó
el grupo de las “salvas”: salvamanteles, salvapantallas, salvaslip…, el grupo
de las “saca”: sacapuntas, sacacorchos, sacapupas… y el grupo de las “abre”:
abrelatas, abrebotellas, abrefácil…
Dos palabras estaban arrinconadas en una esquina. La profe
las miró. Una se adelantó solícita, mientras cogía de la mano a la otra, y
habló: “Yo soy Dicharachera y nadie me ha escogido para juntarnos, y ella es
Enfurruñada y tampoco la eligieron y está muy triste. Yo, con tu permiso, profe,
la voy a apadrinar y, desde ahora, iremos juntas como Dicharruñada.”
La profe asintió sonriente,
y les dijo: “Enhorabuena a todas. Lo habéis hecho muy requetebién. Por hoy
sanseacabó. Y os espero, mañana, que es mi cumpleaños. Seguiremos jugando a
esto y otras combinaciones serán bienvenidas.”
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