jueves, 7 de agosto de 2025

EL CHUPETE DE VALDEMARS

Compré este divertido cuento escrito y dibujado por Maria Jönsson, en Suecia en el verano del 18. Desde entonces descansa en mi nutrida librería a la espera de salir de sus forzadas vacaciones. Este verano ha sido el momento apropiado para traducirlo y poder contarlo el curso que viene. 

 

En la portada del libro Valdemar su hermanita Linn y sus chupetes.

Después de contar tantas veces el cuento del chupete de Gina y obtener el éxito que tuvimos con él, pensé que otro nuevo cuento sobre el tema nos serviría para llamar la atención de las criaturas mas peques. 
El que el libro estuviera escrito en sueco es otro aliciente para ver que es un tema universal.

Una de las cosas que más me gustaron del libro fueron sus sencillos y divertidos dibujos, ya que utiliza muy pocos colores haciendo que fueran el negro y el rojo la cromática fundamental y señalando apenas unos apuntes de otros colores en otras páginas.  

Indicar que en el libro es el padre el amo de la casa que se ocupa de los peques y de las tareas del hogar, de hecho no hay presencia de la madre en ninguna página. 

Cómo no señalar que los conflictos entre el hermano mayor y la hermana pequeña están servidos, Valdemars  puede cuidar a su hermanita Lin pero no es capaz aún de abandonar su chupe. 

Como expresa en la última página del libro: 

-Si ahora soy un lobo grande también puedo decidir cuando dejar mi chupete.

Y se marcha tan contento con él en el hocico.





 

miércoles, 6 de agosto de 2025

HISTORIA PARA CONTAR

 

Se encuentran las imágenes de este cuentecillo para dibujar en diferentes periódicos y antologías del folclore popular de Japón. 

Anne Pelloski ha inventado su propio texto y nos cuenta que relatándolo con ritmo en voz baja y cierta rapidez el éxito está asegurado.

Erase una vez un gran seis  A que tenía dos hijos; pequeño seis al derecho B y pequeño seis al revés C.

Tenían un amigo que se pasaba el tiempo en la cama y lo llamaban el ocho acostado (dibujar el ocho dejando espacio suficiente D)

Un día ocho acostado se fue a casa de su amigo seis al derecho para pedirle prestado una escuadra. (Unir con una raya el cruce del ocho y la parte baja del seis de la izquierda E

"Vete a ver a pequeño seis al revés que es quien la tiene" le dice pequeño seis al derecho. (Unir la parte baja del seis izquierdo con la del 6 derecho F)

"Aquí la tienes " dice el pequeño seis al revés y el ocho acostado se lleva la escuadra a su casa. (Unir el seis derecho con el cruce del ocho G)

Pero nada más coger la escuadra se le cae al suelo y se parte en dos y, diez ceros salieron volando por el aire. (Traza una raya en medio del triangulo H).

Dibuja tres ceros en el lugar de los botones I, tres en el de la boca J, uno para la nariz K, dos para los ojos L y otro para el pom pom del sombrero M.

"Solo soy un enanito torpe" exclama ocho acostado. (Trazar la última línea N) y dejar el dibujo a la vista. (Mostrar el resultado).

Es lo que él piensa y nosotros también.

 

Del libro Les ficelles du conteur 


martes, 5 de agosto de 2025

LA SOPA

Una nueva retahíla, esta vez su origen es finlandés:  


La lámina con el texto y las instrucciones para contarla.

El cuervo la sopa 
se puso a cocer
y con su colita la debe mover.
Con la boca la aliñará
y la sal y el azúcar le añadirá.

Este la removerá,
este la soplará,
este la probará,
y este la devorará.

¿Y qué quedará para el más pequeñito?
Nada de nada para el pobrecito.

(Adaptación personal)

1.- Dibujar un círculo en la mano de la criatura.

2.-Restregar los índices uno contra otro.

3.-Partiendo de su pulgar vamos diciendo cada una de las frases hasta llegar al meñique.



lunes, 4 de agosto de 2025

DADOS CONTADORES

 

Cajita con los dados

Este es un material fácil de encontrar y que nos da muchas ideas a la hora de inventar historias: se trata de seis datos de 1'5 cm de lado que tienen en sus caras seis dibujos diferentes. 

Las posibilidades son infinitas y la forma de jugar y crear también.

 a) Cada participante puede jugar con su dado y crear una historia en solitario:

Se tiran los dados;

maletín, pollito, enfado, bicicleta, lágrimas, cielo

Por ejemplo:

Aquella mañana salí tan enfadado de mi casa en mi bicicleta, que no me percaté que un pollito del corral se había metido en mi maletín de trabajo, por ir mirando al cielo me pegué un porrazo enorme y me hice tanto daño en las rodillas, que se me saltaron las lagrimas, menos mal que al pollito no le pasó nada.

b) Se tiran de nuevo los dados sobre la mesa y cada uno elige una pareja de imágenes para hacer el binomio fantástico. Por ejemplo:

 Comida, pino, maletín, gato, sol, ballena

Resultados:

Me gustaría comerme un bocata de piñas

El sol y la ballena danzan al compás de las olas.

A mi gato le gusta dormir en mi maletín de trabajo.

A partir de cada una de ellas se puede escribir una historia.

c) Por turnos van inventando frases que se enlazan con lo relatado por el anterior...

Partimos de:

Gafas, lápiz, pino, caravana, lágrimas, autobús

Que podría dar:

Aquella mañana me puse las gafas y cogí mi lápiz de apuntar la lista de mis amigos más queridos. Quería organizar un viaje en autobús con una caravana. 

Iríamos a visitar el bosque de pinos más famoso y grande del mundo. Se pusieron todos tan contentos que reímos hasta que se nos saltaron las lágrimas.    

D) También se puede trabajar por parejas...

o como se nos ocurra.

Los dados



sábado, 2 de agosto de 2025

LOS DUENDES DE COLONIA

Este libro de August Kopisch es precioso. Está escrito en verso y las ilustraciones son de Eve Tharlet. 


Sigue la dinámica del cuento de los duendes y el zapatero que relato en este blog en la fecha del 24 de junio de este año.

Este es el inicio: 

¡Qué buenos tiempos aquellos
cuando en Colonia, afanosos,
vivían los duendecillos
que se hicieron tan famosos!


A las criaturas desde pequeñas se les relataba la la existencia de Los Heinzelmännchen; seres fantásticos de la cultura popular alemana, aunque están particularmente ligados a la ciudad de Colonia con un cuento popularEl nombre proviene de Heinz (diminutivo de Heinrich, un nombre y apellido muy comunes en Alemania) y Männchen (diminutivo de Mann, hombre).


De acuerdo con este cuento popular, los habitantes de Colonia, ciudad conocida por sus carnavales y festividades, podían pasarse el día de fiesta ya que por la noche eran los Heinzelmännchen quienes hacían todo el trabajo duro. Sin embargo, la esposa de un sastre, picada por la curiosidad, esparció guisantes por el suelo para hacerles resbalar y poder verlos. Los Heinzelmännchen se enfadaron tanto que decidieron no volver a trabajar para los coloneses y éstos desde entonces tienen que hacer su propio trabajo.


Para relatar esta historia compré dos cuentos y los pegué realizando un gran acordeón que guardo luego en las cubiertas del libro, de esta forma mientras vamos leyendo los divertidos poemas que componen la obra, vamos extendiendo las láminas mostrando las aventuras de estos curiosos hombrecillos.  



El libro desplegado se presta a la narración por parte de un equipo