Cuento–juego para contar con las
figuras de la baraja española y los ases.
(Mientras
se va contando la historia se colocan las cartas sobre la mesa boca arriba).
Érase una vez cuatro chicas que llegaron
a un pueblo muy pequeño, iban de viaje (cuatro
sotas). Como estaba anocheciendo decidieron hacer noche allí, dirigiéndose
al único hostal que había:
-Buenas noches señor, dijeron al
posadero, querríamos cuatro habitaciones para pasar la noche.
-No hay problema, respondió este,
cuatro tengo y las cuatro están libres, que descansen señoritas.
(Se
colocan las cuatro sotas extendidas sobre la mesa)
Al cabo de media hora, llegaron al
hotel cuatro caballeros (caballos), con la intención de pasar también en él la
noche:
-Buenas noches posadero, querríamos
cuatro habitaciones.
-Ocurre que las cuatro que tengo
están ocupadas por cuatro señoritas, aunque camas hay de sobra en cada
habitación, sí quieren pueden hablar con ellas.
El posadero llamó a las chicas y les
explicó lo que ocurría, las chicas aceptaron y cada una de ellas dejó dormir en
su habitación a uno de los hombres.
(Se
colocan los cuatro caballos cada uno sobre una sota)
No había pasado más de una hora
cuando entraron en el hostal cuatro ancianos (reyes) cansados de caminar, con
la misma petición que los anteriores. El hostelero les contó lo que ocurría y
aceptaron hablar con las chicas y los caballeros. Tras una charla todos
aceptaron y se ubicaron en cada habitación una chica, un caballero y un
anciano.
(Se
colocan los cuatro reyes cada uno sobre un aballo)
Pero no quedó todo ahí, ya que
aparecieron cuatro muchachos que estaban de excursión por la zona (ases).
Pidieron cuatro habitaciones, pero se encontraron con el problema que estaban
ocupadas, de nuevo el hotelero le dijo lo que a los anteriores y eso hizo.
(Se
colocan los cuatro ases cada uno sobre los reyes)
Parecía que ya iban a poder descansar
cuando estaban todos de acuerdo y además ya no quedaban más camas libres,
cuando de pronto apareció el metomentodo del pueblo formando un escándalo
porque en cada habitación había:
Una señorita, un caballero un anciano
y un muchacho.
Así que no quedó más remedio que
reunirse de nuevo y buscar entre todos una solución, quedando los cuartos
repartidos de la siguiente forma:
(Se
juntan los cuatro montones sin mezclarlos y se cortan sin barajarlos y se
ponen sobre la mesa un as, un caballo,
un rey y una sota…. Y se van repartiendo todas las cartas recogidas de manera
que al final queda...
Una habitación para las cuatro
señoritas.
Otra para los caballeros
Otra para los ancianos
Y otra para los muchachos.
Tradición popular.
La próxima vez que vengas a casa te tengo preparada la baraja para que me enseñes el truco y yo se lo pueda hacer a Lucas y Sara. Ah, y también lo de la cuerda de los nudos. ¡¡Que cuentos tan buenos!!
ResponderEliminarMe alegro que te gusten... la verdad es que los dos son muy resultones, casi de magia piragia...
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