martes, 3 de diciembre de 2024

EL CHUPETE DE GINA

 



Vuelvo a este libro porque es uno de mis preferidos. Ideal para contarlo a peques y para que los grandes también aprendan a contarlo.
La historia es muy sencilla y los dibujos divertidos. 
Gina, una nena que ya no es tan pequeña se resiste a tirar su chupete,  por más preguntas que le hace su madre sobre como va a vivir en el futuro y como se va enfrentar con las posibles situaciones que la vida le puede ofrecer, responde siempre de la misma manera, ella llevará siempre su chupete.

Un día un encuentro en el campo, la coloca en una situación extraña, el lobo y ella tienen una conversación un tanto complicada e incluso el animal se ponen agresivo... Gina ni corta ni perezosa le encasqueta el chupete y oh sorpresa consigue calmarlo.

Para contarlo, utilizo un chupete con el que reproduzco, con lenguaje chupetero,  todas las respuestas que Gina da tanto a su madre como al lobo. Esta situación provoca muchas risas a las criaturas y les asombra que una persona grande juegue con un elemento que para algunos peques sigue siendo todavía un elemento  de consuelo. 

Se presta también a inventar diálogos sobre todas las cosas que podríamos hacer cuando somos grandes y tuviéramos que llevar el chupete puesto.

Victoria, chupeteando mientras cuenta el cuento...

Curiosamente, el alumnado de más edad tiene dificultad para aceptar que el narrador o narradora utilice un chupete y preguntan que a quién le pertenece.

Cuando ha sido el alumnado los que han  relatado la historia, comprenden divertidos que no se hace el ridículo cuando se utiliza, si lo que se pretende es compartir un momento agradable de lectura.

En plena acción contando el cuento de Gina a una clase de tres años en la Escuela Infantil Belén



domingo, 1 de diciembre de 2024

El PUÑICO

 

Es un juego inocente para entretener  a las criaturas, se sitúan alrededor de una persona mayor y colocan las manos cerradas unas sobre otras verticalmente.

Entonces,  la persona que dirige el juego va tocando sucesivamente los puños y preguntando: ¿Qué es esto?, a lo que los peques contestan: ¡puñico! ; ¿y esto?, ¡puñico!. Y así hasta que tocando la parte superior pregunta ¿y esto? – un agujerico -. ¿Qué hay dentro? –Oro y plata- ¿Quién lo ha dejado?- El gato y la gata-  El que se ría lo paga.

En ese momento sueltan los puños y empiezan a hacer gestos y visajes para hacer reír, y el primero que se ríe se queda, preparándose para recibir unas leves palmadas en la espalda al compás de la canción:

                                 Digo din, digo dan,

                                 A la vera,  vera van;

                                 Del palacio de la cortina

                                 ¿Cuántos dedos hay encima?

Al terminar la canción toca ligeramente su espalda con uno o más dedos de la mano. Si el peque adivina cuantos hay, queda libre, y si no continua el “digo din, digo dan” hasta que lo adivine, en cuyo momento continua de nuevo el juego.

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